
IDENTAL ENÉSIMO CAPÍTULO
Primero se inmoviliza y se duerme al consumidor y usuario la capacidad crítica y de decisión real, con la capacidad de administrar por si solo la información que recibe del mercado de consumo, de la publicidad cuya función informativa es cero, aunque la de manipulación sea infinita.
Segundo, ya cabe todo, los límites y líneas rojas que vienen impuestas por los derechos y la protección de los consumidores y usuarios por la normativa vigente, pero ¿Quién tiene ya no la potestad, sino la capacidad de vigilar y controlar que se cumpla? ¿Qué ocurre cuando se sobrepasan esos límites en la práctica publicitaria?
Tercero, la alternativa de la AUTODEFENSA, incluyendo en este concepto a la defensa colectiva a través de la herramienta constitucional, Asociaciones de consumidores y usuarios y su puesta de una vez por todas en valor, es VITAL. No se está apostando por esta opción.
Cuarto, el mercado del consumo, siempre que haya NEGOCIO, sea del tipo que sea, aunque sea de la salud de las personas, de su salud bucodental, va a ser demoledor, la ganancia, la lucha a muerte por la cuota de mercado va a justificar la utilización de los medios que sean, todos los que se permitan, ello desborda al controlador, a la autoridad de protección al consumidor o autoridad sanitaria, eso mas que evidente.
Quinto, si añadimos a esto la esquizofrénica regulación en el ámbito de la salud bucodental, por ejemplo, nos enfrentamos a un monstruo de varias cabezas, la primera y principal es un organismo anacrónico y que se erige en dominante de las reglas profesionales de las buenas practicas y de la protección al consumidor por lo tanto, pero esta función es solo un trampolín para ganar posiciones de privilegio en lo que en realidad es un puro y duro mercado, haciéndose dejación de las mismas y actuando como un ente proteccionista de una parte de ese mercado, acotando, los nuestros y los demás, este escenario de mercado es irreal, es una fantasía que oculta la verdad. Ese organismo colegial debe desaparecer como tal, y lo mismo en todos los sectores sanitarios que generan contradicciones aberrantes.
Sexto, la Consejería de Salud como garante de la disciplina profesional sanitaria se demuestra incompetente, si bien los servicios de inspección sanitaria acredita una alta profesionalidad y objetividad pero chocando con un muro, la incapacidad política sanitaria en ese MERCADO, para establecer disciplina, para entrar al fondo, para tomar medidas en las que predominen siempre y en todo momento, el alto derecho del usuario, del paciente, sino mas bien dando la razón y empatizando con los sectores privilegiados de los mercados, los colegios profesionales que incurren en contradicción entre la practica hipocrática sanitaria y el mercado y sus suculentas ganancias.
Séptimo, una de las pruebas de todo ello, hay muchas, es el DECRETO QUE REGULA EN LA REGIÓN DE MURCIA la publicidad sanitaria. Hace casi un año el consejero de salud se comprometió con la Unión de Consumidores de España RM y ADUAFI, la asociación de DAMNIFICADOS de IDENTAL, a reformar dicho decreto, y abrir el procedimiento de control y visto bueno de la publicidad sanitaria, a la participación de las asociaciones de usuarios. NUNCA MAS SE SUPO. Esta opacidad y falta de palpito no revela sino debilidad para meter mano a una actividad llena de hipocresía, la de vender profesionalidad por mercadeo puro y duro. ¿Cómo puede entenderse y justificarse tanta dejadez por parte de ese Consejero, que tardo meses en conceder reunión y ha incumplido buena parte de sus compromisos, entre otros el de la reforma inmediata del decreto de publicidad sanitaria?
Si además el abismo entre determinados colegios profesionales sanitarios y los usuarios a efectos de ejercicio de derechos a la salud es tan inmensa, una vez mas, se maquille como se maquille, queda claro que los colegios profesionales, donde haya mercado deben desaparecer y con ellos la obligatoriedad de colegiarse, siendo la administración y autoridad sanitaria la que controle, junto con los propios pacientes, sancione y ponga a cada uno en su sitio en función de su ética, deontología y todo lo contrario, siendo en ultima instancia la administración de justicia la que tome cartas en los asuntos si estos son de malas practicas y con victimas por medio, del tipo y gravedad que sean, negligencias, corruptelas etc.
Por último, en una era en la que nada cabe en lo publico en general, en términos de administraciones publicas, en términos de corporaciones de derecho publico, etc. sin la obligada TRANSPARENCIA, RENDICIÓN DE CUENTAS A LA SOCIEDAD, RESPONSABILIDAD SOCIAL… ¿Dónde caben estos organismos que no sirven para nada, en el interés general y solo para defensa corporativa de exigencias dinerarias, proteccionismo ante las malas prácticas y acotamiento del mercado en beneficio propio y no del usuario?
Y en estas que, como decía el reclamo publicitario, “DENTISTAS CON CORAZÓN” exigimos que día si y día también los pacientes sintamos el latido de profesiones liberales sanitarias, con corazón y no en los brazos de un mercado de salud sin corazón sino con hambre voraz por cuota de mercado, y en brazos de su herramienta mas eficaz, la mentira, la hipocresía, el reclamo del depredador al depredado, la publicidad.