NI AMA DE CASA NI OBJETO PUBLICITARIO
Las mujeres hemos soportado un papel muy marginal en el modelo de consumo, al igual que en el laboral o otros, nuestras abuelas y madres han tenido que llevar el uniforme de ama de casa y por lo tanto ver limitado su desarrollo a las tareas del hogar pero teniendo el hombre, en un modelo de consumo completamente machista, la capacidad de toma de decisión, no en vano para muchas contrataciones y compras, la mujer tenía que acompañar la firma – autorización del marido, esa injusticia era y es en parte, parte de un sistema de consumo y valores que deberían ser desterrados y es ahí donde la revolución feminista también en el consumerismo, debe avanzar.
La mujer gestionaba las miserias de salarios, en ese rol de ama de casa, era la responsable casi única sobre la que recaía sacar adelante ese supuesto e hipócrita dominio de “AMA” administrar miseria en la inmensa mayoría de los sectores populares. Los restos de ese rol alienante y represivo aún existen, no cabe duda, aun por lo tanto debemos desde el movimiento Consumerista impulsar la capacidad de decisión total y compartida en situación de igualdad con el hombre, en el caso de convivencia de pareja y en la familia.
La mujer como destinataria y por lo tanto, “producto” del consumo, recibe del mercado, ofertas que la enjaulan en un papel exclusivo aparentemente, pero lleno de trampas, en precios desorbitados de belleza, con estereotipos de belleza que nos conduce ni mas ni menos que a enfermedades tan gravísimas como la anorexia, a la bulimia, esa publicidad en la que en pos de una belleza, se ignora para hacer inconsciente, el uso de piel de animales explotados y sacrificados vilmente para hacer ropas, con productos de belleza, cremas, etc en la que se utiliza a animales para experimentar cruelmente con ellos, con envases recargados de apariencia pero con alto impacto ambiental, alejando a esos productos y canones, del consumo responsable, esos milagros de juventud, de rejuvenecimiento etc y hasta esa dependencia, como si de una droga se tratara, de las operaciones estéticas como si fuera ir a la peluquería, con adicciones que tienen repercusiones económicas muy importantes…todo ello es un rol muy medido y estudiado, que sangra económicamente a las mujeres, como producto, en marcas de ropa, complementos determinados, de modas, de las cuales, o estás con ellas, o estás en cierto modo excluida del estatus quo. Todo ello compone el Consumerismo feminista que las mujeres de la Unión de Consumidores de España RM, lideramos y compartimos con su apoyo con los hombres, rechazamos ese modelo y queremos un modelo que reivindicamos libre de cánones que nos encasillan, de productos sobrecargados de precio por que son para mujer, como también ocurre con los bebes o niños.
Por último es indignante e inaceptable como la mujer también es utilizada en la publicidad, como objetos sexuales, no ha cambiado apenas esta explotación, en todo caso aveces se disimula, para evitar la aplicación de la ley de publicidad al respecto, en la medida en la que se puede exigir la cesación de campañas publicitarias por esta razón, aunque no existen mecanismos eficaces para hacer valer este derecho, los cuerpos de la mujer, su actitud sensual de seducida o seductora, se sigue manipulando como reclamo publicitario, todo en ello en su conjunto requiere también sumarse a una mujer del siglo XXI, respetada en el ámbito de un nuevo modelo de consumo, respetuoso, responsable y no sexista, y eso es lo que denunciamos y propugnamos desde esta organización en la que, dicho sea de paso, el 80% de los cargos directivos lo ostentan mujeres.
